SE VENDE

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

LA BALLENA BLANCA

 

Como Moby Dick, el Mercedes SSK es una leyenda, un monstruo descomunal que

todo aficionado a las sensaciones fuertes desea afrontar: 225 cv y 192 km/h en las

carreteras polvorientas de entonces… ¡que desafío!.

 

De pequeños ya soñábamos con conducir, pero algo nos inquietaba: ¿sabríamos repetir

los gestos de papa, su asombroso baile de pies, su perfecta coordinación del embrague

con el cambio?. Soñábamos con arrancadas en tromba pero… ¿y si calábamos? o peor

aun… ¿y si rompíamos algo?.

Delante del SSK cuyo capot casi nos llega a los hombros, nos sentimos como entonces.

Y una vez dentro, aun mas: el volante esta a la derecha, el cambio en la mano izquierda

y el acelerador… ¡en el centro!, entre el freno y el embrague. Habrá que medir los gestos.

Cuidado pues…. “pequeñín”.

 

CARACTERISTICAS

El SSK es una joya, un “supercar” de su tiempo que hoy vale su peso en oro. En 1928 un

Mercedes básico (el Tipo L3/4) rinde 36 cv, alcanza 75 km/h y cuesta unos 6.000 Marcos.

El SSK (“Super Sport Kurz”) era… otra cosa: ¡28.000 Marcos! (¡sin la carrocería!) y 5.000

mas (vestido) un precio solo al alcance de algunos riquísimos Sportmen que lo usan para

atravesar Europa sobrevolando la escasa circulación de entonces y para correr de vez en

cuando, sin mas limite que el de su coraje y su resistencia personal.

Su padre es Ferdinand Porsche que aun no ha fundado su empresa y trabaja para Daimler

desde 1923. Su primer trabajo es el desarrollo de potentes seis cilindros de aleación ligera

dotados con el compresor elaborado por su predecesor Paul Daimler. Así nacen los 15/70/

100 PS y 24/100/140 PS (caballos fiscales/caballos reales sin y/con sobrealimentación) y,

tras la fusión con Benz (1927) los brillantes S (“Sport” 26/160/200) y SS (“Super Sport” 27/

170/225) volcados ya claramente en la competición, que en manos de Rudolph Caracciola

logran innumerables victorias, entre ellas el Tourist Trophy de 1929.

Pero la competencia (AlfaRomeo) aprieta y en 1928 Mercedes presenta su arma absoluta,

el SSK: 6 cilindros en L, 7065 cc, un árbol de levas en cabeza y un compresor Roots, sus

características son las mismas que las del SS y también su rendimiento excepcional (¡225

cv y 46,7 mkg!) pero su novedad esta en el chasis, con una distancia entre ejes recortada

(45 cm) que le garantiza un menor peso (1.520 kg) y mayor agilidad. Su suspensión sigue

siendo arcaica, con ejes rígidos, ballestas y amortiguadores de fricción y los frenos son de

tambor y pese a su gran tamaño inservibles, pero ¡que importa! las victorias llueven y gana

el Campeonato de Montaña 2 años seguidos (1930 y 1931) y las Mille Miglia de ese mismo

año con Caracciola al volante. Conduce un SSK/L (“Leicht”) mas ligero y mas potente (casi

300 cv con compresor) capaz de alcanzar fácilmente los ¡235 km/h!. 

 

AL VOLANTE

Conducir hoy este monstruo es una tarea imposible (solo queda un ejemplar) pero hay mas

SSK y uno de ellos nos aguarda (eso si, con un mecánico, para cuidarlo ¡y cuidarnos!). Su

presencia es imponente, con un perfil “de carreras” de una belleza brutal. Amplio radiador y

aletas, tubos de escape aparentes, doble rueda de repuesto, todo sugiere eficacia simple y

llanamente… ¡fuerza!. Gran motor, poca batalla, el gran capot delantero empuja hacia atrás

el “cockpit” y vamos sobre las ruedas y el tablero es el de un tren (montado por un orfebre):

gran tacómetro en el centro (que alcanza 4.000 vueltas) innumerables relojes (mas que en

un avión de caza) y algunos mandos exóticos cuya utilidad ignoramos (“engrasar la bomba

de agua, bombear la gasolina”… nos va explicando el mecánico).

Arrancar en cambio es fácil: basta con meter la llave y presionar un botón para que el seis

cilindros responda, con un martilleo implacable que nos transporta a otro mundo, el de los

motores lentos (3300 rpm máximo) pero de carrera larga (100×150 mm) y cilindrada brutal

que dominaban entonces. También es de otro milenio la energía descomunal precisa para

moverlo: a la dirección durísima se añade una posición incomoda, con el tremendo volante

rozándonos las rodillas, el cambio exige un esfuerzo que agotaría los brazos del conductor

de un bulldozer y tras soltar el embrague, poco a poco, suavemente ¡el SSK pega un brinco

que nos clava en el asiento!. Acostumbrados a los coches asistidos ¿estaremos a la altura

de nuestros gloriosos antepasados capaces de dominar la bestia?.

¡Lo intentaremos!: el volante se aligera una vez en marcha y el par fenomenal (el de un SL

500 ¡pero a 2000 vueltas!) nos ahorra algunas reducciones permitiéndonos concentrarnos

en la conducción, algo imprescindible teniendo en cuenta el tamaño de este coche. La ruta

estrecha y el asfalto irregular ponen pronto en evidencia la dureza de las suspensiones, el

guiado aproximativo del tren trasero, las dudas de la dirección y de los neumáticos… Difícil

mantener la trayectoria en los virajes: pendientes de las ruedas y de la cuneta, aceleramos

olvidando de paso lo esencial: los pedales están cambiados… ¡y hemos pisado el freno!. Y

aunque el Mercedes se recupera fácilmente en 4ª no es este su ejercicio favorito: al fin y al

cabo es un automóvil de competición y hay que llevarlo ¡en vueltas!.

A 80 o 90 km/h de crucero, el trafico nos retiene y adelantar seria un gran riesgo, pero muy

pronto una recta se presenta y el mecánico nos dice que ¡adelante!. Aplastamos a fondo el

acelerador y la respuesta es franca, simplemente. El mecánico grita ¡mas aun! y cuando el

pie se acerca a la horizontal aparece un doble fondo: es el compresor que actúa, el paisaje

de golpe se acelera y un silbido como de sirena herida cubre el gruñido metálico del motor.

Volante recto hacia su trayectoria, el Mercedes acelera limpiamente buscando la velocidad

máxima de la que (¡ya no lo dudamos!) es capaz: ¡192 km/h!. La sensación de dominio es

absoluta, el empuje extraordinario y constante, pero (según me explica el mecánico) no es

conveniente abusar: mas de 30” a ese ritmo podrían fundir las bielas.

Además (añade mi “ángel guardián”…) una curva se aproxima, lejana aun pero cierta y los

frenos ¡frenan poco!: agotados hace tiempo huelen a cuero quemado. La reducción a 3ª se

resuelve fácilmente realizando un doble embrague, pero aun vamos muy deprisa y la recta

esta acabando. Hay que pasar a 2ª con un gruñido del cambio: ahora si, hay freno-motor y

llegamos a la curva ¡que mas bien es un viraje! con calma para tomarla. Pero no, nos faltan

brazos (y sitio en la carretera): aferrados al volante, desesperados, sudando, le ordenamos

girar mas y se niega, no pasamos… En el ultimo momento, nuestro “ángel” echa una mano

y escapamos ¡por los pelos!. Volvemos a ser “pequeños” y juramos no abrir mas esta “caja

de los truenos”. El SSK es muy escaso y hay que devolverlo ¡entero!.

 

COMPRAR UNO   
El encabezado habitual puede parecer aquí una broma porque la posibilidad de encontrar

uno es mínima, incluso sin hablar del precio: 4.181.500 Libras (unos 6.000.000 de ) en la

ultima subasta en Goodwood. De los 48 fabricados (36 SSK y 12 SSK/L), han sobrevivido

pocos pero hay innumerables “replicas” montadas con restos de los accidentados (o fruto

de acortar los SS originales) que se venden por la decima parte de esta suma. Pero es la

dimensión histórica del modelo lo que justifica su valor excepcional.

En cuanto al mantenimiento, el mecánico (o “ángel guardián”) nos cuenta que ha recorrido

mas de 30.000 kilómetros desde su restauración ¡¡sin pegas!!. Basta con limpiar de vez en

cuando las bujías y los inmensos carburadores pero ningún componente esencial es frágil.

Después de todo… es un Mercedes.

 

CONCLUSION

Arquetipo del automóvil de sport de los años 20, tremendo, indomable y ¡peligroso!,

el Mercedes SSK pertenece a una época olvidada, la era de los grandes dinosaurios 

en la que solo tres cosas contaban: la potencia del motor, la resistencia del chasis…

¡y los brazos del piloto!.

 

PRODUCCION
SSK (1928-1932) :    36 ej.

SSK/L (1931-1932) : 12 ej.

TOTAL:                      48 ej.

 

Texto: JR                                                                   VIDEO  >

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